La hiena manchada (crocuta crocuta) es la especie de hiena de mayor tamaño. Su peso está comprendido entre los 40 y los 80 Kg, siendo menores los machos que las hembras y las del Este que las del Sur de África. Su distribución comprende todo el África subsahariana excepto las zonas de selva. En el Pleistoceno, la hiena de las cavernas (crocuta crocuta spelaea), una subespecie de mayor tamaño, que llegaba a alcanzar los 130 Kg, habitaba en Eurasia distribuyéndose desde China hasta España.
Las hienas están próximamente emparentadas con los herpéstidos, familia que comprende civetas y mangostas. Ésto implica que, pese a su aspecto perruno, están más relacionadas con los felinos que con los cánidos.
La hiena manchada posee una robusta constitución física caracterizada por unos cuartos traseros mucho menos desarrollados que los delanteros y un largo cuello terminado una cabeza enormemente masiva. Tanto la potente musculatura de ésta como el diseño extremadamente robusto de los huesos y dientes de la mandíbula le hacen ser el carnívoro africano con el mordisco más poderoso, pudiendo romper los huesos más sólidos. La desproporción entre sus cuartos delanteros y traseros le permite transportar piezas enteras o trozos de gran tamaño hasta lejanas madrigueras. Aunque llega a alcanzar velocidades de 55 km/h, la hiena manchada está diseñada para la resistencia y su corazón está muy desarrollado, lo que le permite marchar en un trote de 10 km/h de manera incansable. El pelaje hirsuto de las hienas tiene la propiedad de desprenderse de los restos de sangre y líquidos orgánicos los cadáveres después de haberse secado. Las hembras poseen un clítoris eréctil de gran tamaño que resulta muy difícil de diferenciar del pene de los machos. Tienen una vista adaptada a su vida nocturna, un finísimo sentido del olfato y su inteligencia es muy elevada, pudiendo compararse con la de algunos primates.
La hiena manchada posee una robusta constitución física caracterizada por unos cuartos traseros mucho menos desarrollados que los delanteros y un largo cuello terminado una cabeza enormemente masiva. Tanto la potente musculatura de ésta como el diseño extremadamente robusto de los huesos y dientes de la mandíbula le hacen ser el carnívoro africano con el mordisco más poderoso, pudiendo romper los huesos más sólidos. La desproporción entre sus cuartos delanteros y traseros le permite transportar piezas enteras o trozos de gran tamaño hasta lejanas madrigueras. Aunque llega a alcanzar velocidades de 55 km/h, la hiena manchada está diseñada para la resistencia y su corazón está muy desarrollado, lo que le permite marchar en un trote de 10 km/h de manera incansable. El pelaje hirsuto de las hienas tiene la propiedad de desprenderse de los restos de sangre y líquidos orgánicos los cadáveres después de haberse secado. Las hembras poseen un clítoris eréctil de gran tamaño que resulta muy difícil de diferenciar del pene de los machos. Tienen una vista adaptada a su vida nocturna, un finísimo sentido del olfato y su inteligencia es muy elevada, pudiendo compararse con la de algunos primates.
Las hienas manchadas viven en clanes de tamaño muy variable y que pueden alcanzar los 90 individuos. Éstos clanes están liderados por una hembra y son fuertemente territoriales.
Pese a haber sido consideradas durante mucho tiempo como meros carroñeros, las hienas manchadas son poderosos predadores que capturan el 80 % de sus presas, siendo mucho más frecuente que los leones se alimenten de presas capturadas por las hienas que al revés. Cazan por lo general presas pequeñas cuando actúan en solitario, aunque pueden llegar a abatir presas del tamaño de un ñu. Cuando cazan en grupo pueden matar presas del tamaño de una cebra, habiéndoselas visto atacando a jóvenes hipopótamos atrapados en charcas casi desecadas. La forma de dar muerte a sus presas es mucho menos rápida y certera que la de los felinos, acabando ésta por morir tras ser prácticamente devoradas vivas por la manada. Las hienas pueden ingerir de una sentada hasta 15 Kg de carne. Aunque no es nada frecuente hay algunos casos de hienas que han matado humanos.
Las hienas ocupan el segundo puesto en el escalafón de los carnívoros africanos sólo por detrás de los leones, sus únicos depredadores, con los que mantienen una ancestral relación de odio y competencia. Si bien es cierto que éstos roban sus presas a las hienas en muchas ocasiones, cuando el número de hienas es muy superior al de leonas suele ocurrir al revés, intimidándolas hasta el punto de temer por sus vidas. En el caso de que haya dos leones machos en plenitud de facultades las hienas no se atreven a desencadenar la lucha. Eso no quita para que muchos machos viejos de león acaben su vida en sus mandíbulas. Por lo demás el resto de grandes felinos africanos, guepardos y leopardos, ceden cortesmente su presa en cuanto ven acercarse a una hiena manchada por mucho que ésta avance en solitario. Las hienas acostumbran a seguir a éstos depredadores cuando están cazando para arrebatarles las presas.
La hiena manchada tiene hábitos fundamentalmente nocturnos y se refugia durante el día en grandes madrigueras excavadas en la llanura. En ellas trae al mundo a sus crías, que acostumbran a ser 2. Éstas nacen con un desmedido afán luchador y es frecuente que un hermano mate al otro.
En las fotos se puede ver una familia africana que tiene hienas manchadas domesticadas. A continuación un vídeo acerca de sus tormentosas relaciones con los leones y otro cazando una cría de búfalo.
Pese a haber sido consideradas durante mucho tiempo como meros carroñeros, las hienas manchadas son poderosos predadores que capturan el 80 % de sus presas, siendo mucho más frecuente que los leones se alimenten de presas capturadas por las hienas que al revés. Cazan por lo general presas pequeñas cuando actúan en solitario, aunque pueden llegar a abatir presas del tamaño de un ñu. Cuando cazan en grupo pueden matar presas del tamaño de una cebra, habiéndoselas visto atacando a jóvenes hipopótamos atrapados en charcas casi desecadas. La forma de dar muerte a sus presas es mucho menos rápida y certera que la de los felinos, acabando ésta por morir tras ser prácticamente devoradas vivas por la manada. Las hienas pueden ingerir de una sentada hasta 15 Kg de carne. Aunque no es nada frecuente hay algunos casos de hienas que han matado humanos.
Las hienas ocupan el segundo puesto en el escalafón de los carnívoros africanos sólo por detrás de los leones, sus únicos depredadores, con los que mantienen una ancestral relación de odio y competencia. Si bien es cierto que éstos roban sus presas a las hienas en muchas ocasiones, cuando el número de hienas es muy superior al de leonas suele ocurrir al revés, intimidándolas hasta el punto de temer por sus vidas. En el caso de que haya dos leones machos en plenitud de facultades las hienas no se atreven a desencadenar la lucha. Eso no quita para que muchos machos viejos de león acaben su vida en sus mandíbulas. Por lo demás el resto de grandes felinos africanos, guepardos y leopardos, ceden cortesmente su presa en cuanto ven acercarse a una hiena manchada por mucho que ésta avance en solitario. Las hienas acostumbran a seguir a éstos depredadores cuando están cazando para arrebatarles las presas.
La hiena manchada tiene hábitos fundamentalmente nocturnos y se refugia durante el día en grandes madrigueras excavadas en la llanura. En ellas trae al mundo a sus crías, que acostumbran a ser 2. Éstas nacen con un desmedido afán luchador y es frecuente que un hermano mate al otro.
En las fotos se puede ver una familia africana que tiene hienas manchadas domesticadas. A continuación un vídeo acerca de sus tormentosas relaciones con los leones y otro cazando una cría de búfalo.
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