martes, 8 de abril de 2008

El halcón peregrino, un verdadero proyectil viviente.


El halcón peregrino (falco peregrinus) es uno de los depredadores más acabados del mundo animal. Esta una rapaz está entre las que presenta una distribución más cosmopolita y se halla presente desde la tundra ártica en el Norte hasta la Tierra de Fuego, Sudáfrica y Australia en el Sur. Con una distribución tan amplia es lógico que existan gran variedad de subespecies que varían bastante en su tamaño, siendo las de mayor tamaño y coloración más clara las más nórdicas. En España vive la subespecie falco peregrinus brookei, de menor peso que los ejemplares centroeuropeos que invernan en la península. Esta subespecie es legendaria por su bravura en la caza.
Su longitud va de 34 a 50 cm. y su envergadura es de 80-120 cm. Aunque su coloración no difiere entre sexos si lo hace y mucho su tamaño. Las hembras son por lo general 1/3 más grandes que los machos. De esta forma, mientras el peso de estos varía entre 450 y 750 gr. el de las hembras está comprendido entre 900 y 1300 gr.
Habita en espacios abiertos como las tundras árticas, estepas, acantilados marinos e incluso los límites del desierto. También es frecuente que habite en grandes ciudades donde se alimenta de las palomas urbanas. Cría preferentemente en cortados rocosos y acantilados, aunque también puede llegar a hacerlo directamente en el suelo o en árboles. Como todos los demás halcones, nunca construye su propio nido y se lo usurpa a otras aves o cría directamente sobre el substrato.
Este depredador representa un verdadero prodigio de especialización en la que, muy posiblemente, sea una de las modalidades de predación de mayor dificultad de las existentes en el mundo animal, la caza de aves en pleno vuelo en espacios abiertos. Cada detalle de la morfología del halcón está al servicio de la velocidad y, muy especialmente, en sus portentosos picados en los que llega a superar los 300 Km/h, con lo que se trata de la criatura más veloz del planeta.
Al verlo transmite una sensación de fuerza y energía concentrada que lo distingue de cualquier otra ave de presa. Su complexión es sumamente densa y robusta, su cabeza es pequeña y sólida, su cuello corto, su tronco poderoso, sus alas son largas y afiladas, sus muslos fuertes y su cola corta. Todos estos detalles le permiten penetrar el aire como un auténtico proyectil viviente y en sus picados no se limita a dejarse caer sino que también llega a propulsarse con breves batidos de alas. Además sus poderosas manos presentan dedos largos y nervudos, con grandes y afiladas uñas, teniendo unas protuberancias en la región palmar que le permiten algo tan difícil como agarrar a sus presas a las altísimas velocidades a las que se produce la captura.
Su dieta es casi exclusivamente ornitófaga, cazando muy excepcionalmente mamíferos terrestres. También es muy raro que capture aves en el suelo. Sus presas son aves cuyo tamaño está comprendido entre el de una alondra y el de un sisón, aunque puede llegar a matar a presas del tamaño de una garza real. En su faceta de superpredador caza también a rapaces de menor tamaño tanto nocturnas como diurnas y córvidos. Sus presas por excelencia son las palomas y los ejemplares costeros cazan también muchas aves marinas. Debido a su técnica de caza tiene marcada predilección por la captura de aves de vuelo rápido y rectilíneo, evitando a las de vuelo más lento pero acrobático que le suponen mayor dificultad.
Su método de caza es caer en vertiginosos picados sobre las aves que le sirven de presa, procurando aprovechar sus ángulos muertos para alcanzarla. Sus múltiples técnicas de caza se pueden resumir en dos:
- Cuando ataca con el viento a favor, el halcón cae en un picado oblicuo sobre su presa y en muchas ocasiones se limita simplemente a golpearla con las uñas posteriores. La tremenda velocidad del impacto es, a menudo, suficiente ocasionar la muerte al ave o, por lo menos, aturdirla. Cuando la presa cae herida el halcón usa su corto pero fuerte pico, provisto de una hendidura a modo de diente, para rematarla rompiéndole las vértebras del cuello. Es tremendamente importante, cuando emplea este sistema, que toque a la presa solo ligeramente y en puntos vitales porque la impresionante velocidad del impacto podría romperle los miembros o, incluso, ocasionarle la muerte también a él. Para esto es necesario un sistema nervioso y un cálculo de distancias portentosos.
- Cuando el viento lo tiene en contra acostumbra a agarrarla directamente en el aire con sus grandes manos. Juntos caen al suelo y allí la remata.
En las llanuras de la meseta española se conserva muy buenas poblaciónes de este animal, cuyo estado de conservación ha estado gravemente amenazado en los Estados Unidos y en Centroeuropa debido a la acumulación en su organismo de pesticidas agrícolas.
En el siguiente vídeo se puede ver un montaje que compara al halcón con un caza de combate.

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